7 ago 2016

arquitectura post-industrial


[imagen Myritza Castillo © www.myritzacastillo.com]


En una de las webs que visitamos asiduamente por la gran calidad de sus imágenes es DIVISARE. El otro día encontramos en el desplegable de “tópicos” conjuntamente con los de “arquitectura residencial”, “arquitectura hospitalaria”, “fachadas urbanas”, etc … el tópico: “arquitectura post-industrial”. Y nos acordamos de todas esas teorías que explican que hemos pasado de una sociedad de producción a una de consumo. Occidente se ha desindustrializado y la actividad que tradicionalmente ha sufragado el resto de actividades la hemos desplazado hacia oriente. Consecuencia de eso, todos los espacios que antes ocupaban esas industrias han quedado vacíos y los hemos reconvertido en teatros, espacios expositivos y demás lugares de consumo cultural.

La tarea de los arquitectos era descomunal: repensar un espacio obsoleto y ya existente donde la repetición y lo estático configuraba su espíritu para reconvertirlo en un lugar dinámico, adaptativo y transversal. La parte más difícil suponemos que habrá sido la de ayudar a definir su uso. Occidente anda desorientado, y sin rumbo es difícil definir lo deseable, más aún cuando la aspiración es definir lo eterno.

El mandamiento de encontrar la eternidad es la gran trampa del mercado porque sabe que es una guerra perdida. Somos tiempo y sabemos que todo se deteriora y acabará desapareciendo, nuestro cuerpo se deteriora y acabará desapareciendo, el mundo se deteriora y acabará desapareciendo …

El deseo de querer detener el tiempo y vivir eternamente es pura locura, si consiguiésemos la eternidad, toda el sentido producido se perdería, la finitud es nuestra esencia.

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