28 mar 2011

Mixofobia vs. Mixofilia

                        [fotografía by URBAN · Grafiti en Poble Nou / Barcelona]
Las comunidades son cada vez más complejas y el tiempo invertido en cohesionarlas es menor. En estas circunstancias es necesario que aparezca un temor al otro, al desconocido. Y el espacio público es sólo un espacio de tránsito donde es muy difícil detenerse para conocerse.
“… el miedo a lo desconocido que se palpa, aunque sea subliminalmente, en la atmósfera pide a gritos una válvula de escape convincente. La ansiedad acumulada tiende a descargarse contra determinados forasteros, elegidos para que personifiquen lo raro, lo inquietante, lo impenetrable de algunas costumbres, la vaguedad de ciertos peligros y amenazas. Echando de sus casas y de sus tiendas a cierta clase de forasteros se consigue exorcizar por algún tiempo el fantasma aterrador de la incertidumbre; así se conjura el monstruo espantoso de la inseguridad …”
Fragmento del libro: BAUMAN, Zygmunt (2005) Confianza y Temor en la ciudad, vivir con extranjeros. Arcadia, Barcelona

23 mar 2011

Memoria

                                           [Portada libro Vladímir Mayakovski, 1914]
Existe un discurso tecnoentusiasta que no llegamos a comprender. Vale, estamos todo el día revisando el feisbuk y el mail, pero esta hipercomunicabilidad no es proporcional a la posibilidad de crear una nueva realidad. Es más, una de las consecuencias de ese alejamiento de la realidad es que cada vez es más difícil comprender la realidad real  e inmediata que nos rodea. La realidad virtual de los medios o de las comunidades digitales es fragmentaria y no facilita ni el recuerdo ni la memoria. Paradójicamente las tecnologías permiten la extensión ad infinitum de la capacidad humana de memoria y al mismo tiempo imposibilitan la facultad de recordar.

14 mar 2011

La 'Fiesta'


“… Hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.

Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
magreando a una muchacha.

Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas …”
[fragmento letra canción ‘La Fiesta’ · Joan Manuel Serrat]
Para configurar una comunidad se necesita (o al menos hasta ahora) compartir con el otro un espacio durante un tiempo. Es la única manera de (re)conocernos y presentarnos respeto. Sólo de esa manera nos sentimos un poco más seguros, cuando sabemos que podemos contar con alguien más que con uno mismo,  pero ese lujo cuesta … tiempo.
Hoy en día las ciudades están inmersas en procesos globales, mundiales o qué sabemos nosotros. El hecho es que como consecuencia de éstos, las colectividades que comparten un mismo espacio cada vez son más heterogéneas y por lo tanto más complejas. Es decir, ahora deberíamos invertir una cantidad mayor de tiempo para llegar a conocer nuestro entorno.
Por otro lado, cada vez fragmentamos más nuestro tiempo entre todas las realidades virtuales y presenciales que nos hemos inventado y en las que tanto nos gusta estar. Estamos cada vez menos en cada una de ellas porque se multiplican por momentos.
No es de extrañar que el miedo producido por no  conocer nuestro entorno y quien lo habita vaya en aumento. Y estamos advertidos: de alguien aterrorizado sólo puede esperarse reacciones espasmódicas.

7 mar 2011

Esto matará a aquello

            [Imagen · Ilustración de la edición original de Nuestra Señora de París by: wikypedia]

Hay interés en dictar qué tenemos que pensar, cómo lo tenemos que hacer y cómo afectará esto a nuestros actos cotidianos. Una vez claro qué es lo que se quiere vender, se tiene que exponer para que la gente se vaya familiarizando con el discurso. La famosa frase “esto matará a aquello” del libro Nuestra señora de París (Notre-Dame de Paris) de Victor Hugo vaticinaba la muerte de la arquitectura por la imprenta (el libro) como vehículo de transmisión del mensaje del poder. Hoy internet nos anuncia la próxima muerte.
En muchas ocasiones el poder busca la complicidad de la clase instruida, ofreciéndoles recompensas a cambio de su fidelidad y que declaren la legitimidad del discurso. En otras, el poder para salvaguardarse de críticas duras y de difícil réplica neutraliza a aquellos dispuestos a realizar preguntas incómodas azorándoles el espíritu con múltiples obligaciones. En estos casos, la crítica muere sobornada por la promesa de pertenecer a las privilegiadas clases de élite o simplemente extenuada por el sobresfuerzo que ha de hacer para realizar una tarea mínimamente digna.
Vale, pero, ¿qué discurso está ahora difundiendo internet? y ¿cómo lo difunde? y ¿cómo afecta al espacio público? y ¿quién dicta qué? y ¿el poder de hoy, qué es? y ¿el de antes, qué era?