10 mar 2015

masterpiece


["Masterpiece" Roy Lichtenstein. Licensed under Fair use via Wikipedia]

Hace ya mucho que no se puede afirmar que todo arte necesita ineludiblemente de una materialidad. Al igual que tampoco se puede concluir que la materialidad de un determinado arte está establecida por una supuesta esencia de dicho arte. Y aunque hoy en día hablamos de arquitectura de papel con la misma profundidad con la que hablamos de una arquitectura material, tradicionalmente la arquitectura ha sido un arte palpable, de los que necesita de la tridimensionalidad para ser considerado. Y creemos que ha sido precisamente esa materialidad, esa tangibilidad, la que ha hecho creer a muchos arquitectos que había la obligación de completar el signo y dotar a toda arquitectura de un contenido. No dudamos de la necesidad de cierta arquitectura de significar, pero creer que toda arquitectura tiene que comunicar es un exceso. Lo que se ha conseguido de esa manera es una saturación de pseudo-contenido y una colección inmensa de proyectos absurdos (… y obviamente la saciedad de la vanidad de bastantes arquitectos).

Claro que también se ha construido una arquitectura, funcional, pragmática y necesaria durante todos estos años de “masterpieces”, pero tal vez no la suficiente.