19 ene 2024

Narciso

 

 [Narcissus by Jody Kelly - via: robscholtemuseum.nl]


El hombre siempre ha tenido una invencible inclinación por la comunión y al mismo tiempo la necesidad de ser uno propio, de ser individuo. Esta paradoja ha producido infinidad de malestar, pero también un esfuerzo en querer razonar un lugar común.

Con la exaltación de la emocionalidad actual, el proyecto común ha menguado. Somos narcisos enamorados de nuestro proyecto de felicidad, proyecto basado en exclusividad en lo sensorial. El otro se ha convertido en un simple verificador ilusorio de nuestras emociones editadas hasta la náusea y mostradas en las redes sociales. Ya no queremos conocer, sólo sentir.

Dentro de esta dinámica, ya no buscamos en el entorno material espacios de conexión o de significación, sino meros telones de fondo para poder protagonizar nuestras representaciones. Hemos reducido todo anhelo de la arquitectura a una simple exhibición emocional.

Aunque demos por sentada la sociedad del bienestar, el abandono de la aspiración racional nos sitúa en una posición extremadamente frágil. Esperemos recobrar la cordura y volver a buscar la belleza en los demás para no terminar como en el mito de Narciso.