17 sept 2018

Canaletto


[image from: museo de roma & national gallery]

Platón afirmaba que el deseo es carencia, que sólo se puede desear lo que no se posee … y que una vez alcanzo el objeto anhelado, al desaparecer la carencia, desaparece el deseo y la pulsión.

La arquitectura mayoritariamente ha actuado del lado del deseo, del porvenir. La humanidad proyectaba en ella el orden y la narración que deseaba conquistar. Ni tantas veces se ha llegado a culminar los deseos proyectados de sociedades justas y armoniosas. Ya en la ruinas se puede leer las frustraciones, los desencantos de paraísos que nunca llegaron a existir.

En pocas obras se puede ver el conflicto anterior de manera tan clara como en la de Canaletto. Aunque no podía dejar de pintar la Venecia que le rodeaba, la de usureros, estibadores y barcos de velas remendadas … anhelaba la Venecia renacentista, la de artistas, mercaderes y riqueza y poder casi infinitos. 

¿Qué hacer ahora que sabemos que ningún paraísos imaginable es posible … ni tan sólo el original?

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