25 nov 2012

... no, ... yo, ... soy poeta ....


 [Fotograma de ‘El manantial’ de King Vidor]
 
“… si cree que hay demasiadas figuras, puede reducir el número, siempre y cuando las principales permanezcan (…) pero le está prohibido introducir cualquier cosa de su propia invención …”
El texto de arriba pertenece a una carta de la marquesa de Mantua (Isabella de Este) al pintor renacentista Perugino (Petrus de Castro Plebis) en el 1503 con las indicaciones para la ejecución del cuadro La lucha entre el amor y la castidad.
Compartimos la creencia que cada texto posee una estructura subyacente, llegando a decir más cosas que las que están puramente escritas. Y no son otras que las estructuras desde donde opera el poder, condicionando y guiando la verdad y el saber insertados en los discursos.
Siendo poco rigurosos, diremos que la carta esencialmente nos muestra el abismo que hay entre la percepción del artista/artesano antiguo con la del artista moderno. La carta no deja de ser un texto anodino. Nos muestra a alguien con suficiente dinero para encargar los servicios de un artesano y a un artesano dispuesto a realizar el encargo tras la aceptación de la minuta. Y es justo eso, la visión mercantilista y profesional de la profesión de artista/artesano la que nos tiene fascinados. Porque los antiguos artesanos, hacían exactamente lo mismo que los artistas modernos pero con una relación con el trabajo completamente diferente.
 ¿Cómo los artesanos/artistas (entre ellos los arquitectos) pasaron de trabajar para vivir a vivir pretenciosamente haciendo ARTE?

No hay comentarios:

Publicar un comentario