[Imagen · Ilustración de la edición original de Nuestra Señora de París by: wikypedia]
Hay interés en dictar qué tenemos que pensar, cómo lo tenemos que hacer y cómo afectará esto a nuestros actos cotidianos. Una vez claro qué es lo que se quiere vender, se tiene que exponer para que la gente se vaya familiarizando con el discurso. La famosa frase “esto matará a aquello” del libro Nuestra señora de París (Notre-Dame de Paris) de Victor Hugo vaticinaba la muerte de la arquitectura por la imprenta (el libro) como vehículo de transmisión del mensaje del poder. Hoy internet nos anuncia la próxima muerte.
En muchas ocasiones el poder busca la complicidad de la clase instruida, ofreciéndoles recompensas a cambio de su fidelidad y que declaren la legitimidad del discurso. En otras, el poder para salvaguardarse de críticas duras y de difícil réplica neutraliza a aquellos dispuestos a realizar preguntas incómodas azorándoles el espíritu con múltiples obligaciones. En estos casos, la crítica muere sobornada por la promesa de pertenecer a las privilegiadas clases de élite o simplemente extenuada por el sobresfuerzo que ha de hacer para realizar una tarea mínimamente digna.
Vale, pero, ¿qué discurso está ahora difundiendo internet? y ¿cómo lo difunde? y ¿cómo afecta al espacio público? y ¿quién dicta qué? y ¿el poder de hoy, qué es? y ¿el de antes, qué era?
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