23 jul 2024

La Nada

 

imagen via: cuckootheone.tumblr.com

Vivir es no morir; y si la muerte es la nada entonces la vida debería ser el todo.

Nuestra condición de mortales nos impide tener una definición clara de lo que es la vida o al menos saber qué esperar de ella. Estamos lejos de tener una explicación convincente y por eso renace constantemente la melancolía, los paraísos perdidos e imaginados. Continuamos avanzando, mirando hacia un pasado muy lejano porque al pasado reciente le negamos la autoridad de guía acreditado.

Anhelamos de ese pasado que nunca existió comunidades capaces de afirmarnos y descargarnos de la obligación de la auto-creación constante e infinita. Las comunidades actuales no tienen ninguna relevancia, son simples conglomeraciones de individuos unidos exclusivamente por una atracción mercantil sin ningún futuro e incapaces de generar ninguna complicidad.

Todavía estamos en la demolición de lo antiguo, en la negación del otro y la aceptación de la exclusiva autoafirmación. Tal vez, el otro, vuelva a aparecer al final del recorrido y con él, nuevos escenarios. De momento, arquitectura de subsistencia, que ya es.

27 mar 2024

Resiliencia

 

[Imagen: Sketch by Sou Fujimoto for Serpentine Pavilion - via: dezeen.com]

La arquitectura ha pretendido ser un arte de la permanencia, la mayoría de las veces su aspiración fue la de esculpir en materiales perennes ideas con la intención de ayudarlas a superar el paso del tiempo; hoy, necesitamos olvidar rápido. Nuestro individualismo nos prohíbe jurar lealtad a nada ni a nadie, lejos quedan aquellos tiempos donde la fiabilidad de los principios que regulaban el orden común se presentaba como encomiables. La consecuencia más severa de esta imposibilidad de compromiso ha sido la liquidación de la idea de futuro obligándonos a una transformación permanente. No se nos es permitido perdurar, el discurso de la resiliencia, la transformación y la reinvención infinita se nos vende como algo virtuoso, aunque sólo consigue ser un apaciguador para la angustia que provocan todas las perspectivas de nuevas promesas no verificadas.

La arquitectura que visitamos ahora es la efímera, lo que nos cuentan las ruinas son historias que nos resultan más que incomprensibles, inalcanzables. Deberíamos recordar que, aunque nunca estén asegurados contra el fracaso, los absolutos tienen que crearse.

19 feb 2024

Nada. Ello dirá.

 

[Imagen de la estampa: Nada. Ello dirá. - Francisco de Goya - via: museodelprado.es]

Ha desaparecido de nuestro horizonte la idea de un futuro estable, ahora sólo se nos presenta la responsabilidad de tener que reorganizarlo constantemente. Aunque muchas de las promesas irrisorias que prometían eternidad continúan en nuestra vida política (sorprende la cantidad de gente que todavía compra la promesa nacional, o cualquier otra teleología para resentidos); la esperanza de escapar que hasta ahora había constituido el motor de nuestra búsqueda, ya no existe.

Nos cuesta creer que en realidad no somos nada, sólo origen sin final hasta el día en el que desaparecemos.

19 ene 2024

Narciso

 

 [Narcissus by Jody Kelly - via: robscholtemuseum.nl]


El hombre siempre ha tenido una invencible inclinación por la comunión y al mismo tiempo la necesidad de ser uno propio, de ser individuo. Esta paradoja ha producido infinidad de malestar, pero también un esfuerzo en querer razonar un lugar común.

Con la exaltación de la emocionalidad actual, el proyecto común ha menguado. Somos narcisos enamorados de nuestro proyecto de felicidad, proyecto basado en exclusividad en lo sensorial. El otro se ha convertido en un simple verificador ilusorio de nuestras emociones editadas hasta la náusea y mostradas en las redes sociales. Ya no queremos conocer, sólo sentir.

Dentro de esta dinámica, ya no buscamos en el entorno material espacios de conexión o de significación, sino meros telones de fondo para poder protagonizar nuestras representaciones. Hemos reducido todo anhelo de la arquitectura a una simple exhibición emocional.

Aunque demos por sentada la sociedad del bienestar, el abandono de la aspiración racional nos sitúa en una posición extremadamente frágil. Esperemos recobrar la cordura y volver a buscar la belleza en los demás para no terminar como en el mito de Narciso.

12 nov 2021

El Origen

[Titulo ilustración: Video Call © Toma Vagner www.tomavagner.com]

Sócrates erró … en lugar de seguir la senda del devenir que Heráclito desbrozó, continuó por la del ser metafísico de Parménides, condenando así a Occidente a la fe. Y aunque reconozcamos esa equivocación nos angustia demasiado el despegarnos de dos mil quinientos años de pensamiento. Y así nos va … creyendo aún en la inmutabilidad de las cosas, en nuestros yoes eternos o en la trascendencia de las patrias. Pero la creencia más arraigada es la del origen y es que como especie, necesitamos inventar el porque de las cosas, de otra manera nos perderíamos en la inmensidad del caos.

El origen se nos presentaba como el recuerdo de un sentimiento oceánico donde todo formaba parte de la misma cosa, cuando en realidad era sólo ilusión. Pusimos muchísimo empeño en organizar el pasado, la aparición de las primeras excavaciones arqueológicas amparó la aspiración de la razón a encontrar su punto de partida. Tal aspiración era tan poderosa y atractiva que nos hizo creer que el arte clásico era un arte trascendente creado por ideas superiores a las nuestras al haber sido concebidas en un tiempo más cercano al originario y que por esa razón se justificaba por él mismo.

Y es que la razón creyó encontrar en el momento clásico su primera piedra fundamental. En Grecia se percibe un principio de abandono del mundo antiguo donde la narración era la de los mitos y toda arquitectura era simbólica. Las representaciones se vuelven antropomórficas y tanto los dioses como el mismo espíritu se convierten en hombres. Aquellas esculturas tenían vida para los clásicos, el espíritu estaba presente en ellas.

La tradición y la aspiración clásica ha perdurado hasta el presente más próximo. Pero hoy en día hemos alimentado una incerteza tal que dudamos si podemos continuar aspirando a construir un entorno ordenado. Y es que Sócrates erró, no hay sentido a descubrir, atrevámonos pues a producirlo constantemente y a vivir en la eventualidad.

31 may 2021

Le Corbusier

 

[Billie Holiday backstage at the Carnegie Hall in 1946 - image by Standard.co.uk]


"... a mi me costó apreciar el arte de Billie Holiday Le Corbusier. Tal vez porque me chirriaba la familiaridad con la que se referían a ella los expertos en jazz arquitectura. Billy Le Corbu, decían. He tenido que controlar a lo largo de mi vida el rechazo que me provocaba el juicio de los entendidos. No ya que ellos me cayeran mal, que eso sería lo de menos, sino que me alejaran de artistas que estaban destinados a emocionar. Con respecto al jazz a la arquitectura siempre me molestó ese aire de club de elegidos que quieren desprender los aficionados. ..."

[edición del fragmento del libro Noches sin Dormir de Elvira Lindo - Ed. Seix Barral]

2 may 2021

Lo velado

 

[image: Tetris Building by Milou - www.emilienvarela.com]

Hemos perdido la fe. Y aunque Nietzsche nos advirtiese que dicho momento resultaría “el peso más fatigoso de soportar”, creemos que es lo mejor que nos hubiera podido pasar. Hemos agotado hasta la fe que nos hacía creer en la razón. Se nos terminaron los días de verdades absolutas que dictaban como debían ser las cosas y ya no nos queda nada por descubrir sólo nos queda devenir, transformación perpetua, realidad velada.

La historia del ser humano es una historia de guerras y disputas. Una mentalidad de escasez ha dominado nuestro comportamiento y la necesidad, envidia y codicia se han confundido y servido de guía. El no conocer al otro era suficiente para la desconfianza. No nos podemos imaginar el terror que suponía el escuchar un ruido en medio de la noche emboscada perteneciente a alguien que se acercaba hacia ti sin saber si venía a tomar ventaja y con la certeza que nadie lo interceptaría porque estabas sólo. En esas circunstancias era necesario pertenecer al grupo, levantar mano de la propia libertad y aceptar una servitud voluntaria. Por esa primitiva civilización que fue una respuesta traumática al mundo, profundamente enferma y despiadada no se puede sentir otra cosa que vergüenza. Y en cierta manera en ella seguimos al no haber sido lo suficientemente atrevidos y honestos con nosotros mismos. Creímos que tiranizando y adoctrinando a nuestros hijos en nuestros propios miedos, sin darles la menor oportunidad de definición propia, resultaría un consuelo para nuestro propio malestar. A pesar que sólo sirvió para perpetuar la eterna angustia.

Y aunque todavía estemos inmersos en esa persistencia histórica, al mismo tiempo somos conscientes que se ha terminado. Abandonamos el siglo XX inmersos en profundísimos cambios que configurarán una cosmovisión radicalmente nueva. Sólo hay que notar el cambio en nuestra percepción del tiempo. La antigua representación tripartita del tiempo [pasado-presente-futuro] ha desaparecido y ahora vivimos instalados en la inmediatez del presente, de lo efímero, del cambio. Sin saber con exactitud las consecuencias exactas de dicho cambio podemos afirmar ya, que junto a la exaltación del presente se nos ha negado la idea de progreso, la de alguna teleología posible, o la de alcanzar lo universal. Ésta última, la imposibilidad de alcanzar lo universal, es la más abismal.

La verdad siempre ha necesitado de la atemporalidad y si aceptamos que no hay constancia, sólo una consecución de presentes distintos: nada puede alcanzar la categoría de verdad. Parece como si la libertad hubiese renunciado a su aspiración de encontrar nada perpetuo. Hemos aceptado el fracaso como opción y nos conformamos con un entendimiento parcial y velado de nuestro entorno. Nos sabemos incapaces de ver nítidamente ni siquiera por unos instantes ya que todo se difumina a una velocidad extravagante.

El esfuerzo descomunal que significa profundizar en las cosas de momento no ofrece ninguna recompensa. Nos conformamos con un conocimiento superficial, con lo liso, lo pulido, lo epidérmico. Las superficies de nuestra arquitectura son cada vez más homogéneas, entramados de geometrías simples y eficaces sin rastro de significación. Volumetrías casi infantiles que interpelan nuestro imaginario más arquetípico.

Toda esta arquitectura entelada, difuminada e inacabada ha ayudado ha publicitar la imposibilidad de la plenitud.

Y aunque pueda resultar desesperanzador el haber renunciado al todo, sin duda es lo mejor que nos haya podido pasar: el librarnos del ansia de esperar lo que no es y nunca podrá ser. Ahora, por absurdo que nos parezca, tenemos la increíble fortuna de poder desear lo que es, de querer y actuar.

No nos lo hemos puesto fácil porque tenemos que olvidar muchas cosas y sin duda aparecerán decenas de nostálgicos prometiendo recuperar paraísos perdidos que nunca existieron. No hay que hacerles caso, disfrutemos de la in-significancia de nuestras vidas y que la única fe que recuperemos sea la fe en los niños.

24 may 2020

Covid-19 (2)

https://www.instagram.com/covidartmuseum - Artist: Guadalupe Cáceres

Qué vergüenza y qué tristeza lo de las banderas … la peor de las estrategias que podemos seguir es guiarnos exclusivamente por nuestro interés excluyendo al otro. Para que la convivencia sea posible es preciso que aprendamos a abdicar … es mentira que todo sea sobre nuestros líbidos y nuestros apetitos.

Lo único que estamos demostrando es no ser dignos de los valores que alardeábamos tener.

8 may 2020

Covid-19

https://www.instagram.com/covidartmuseum - Artist: Ellen Sheidlin

Aunque la razón en ciertas ocasiones alcance su límite y quede sobrepasada por los acontecimientos y sea incapaz de convencernos, la necesidad de encontrar sentido a lo que sea que nos ocurra nos acompañará toda la vida: es nuestra condición. Y está bien que así sea. 

Esta pandemia es uno de esos momentos donde la razón ha quedado paralizada, una pandemia sin sentido donde como en todas las sucedidas a lo largo de la historia no hay responsables y donde todos somos víctimas. 

Pese a que no han tardado en emerger un sinfín de salvapatrias y pseudo-curas para negar lo anterior y así poder presentarse como salvadores. No deberíamos dejar escapar la breve visión que esta pandemia nos ha proporcionado sobre la existencia y necesidad del otro, la interconnectividad de todos con todo y la necesidad de vigorizar la vida en detrimento de los momentos más tristes. 

Esperemos que la razón eche de nuevo a andar y nos convenzamos de la inutilidad de los regionalismos y la necesidad absoluta de una solidaridad y cooperación global.

10 jun 2019

abismo


[Divina Comedia, Sandro Botticelli, 1480 - Bibliotheca Apostolica Vaticana]

La razón nos llevó al aburrimiento y a la melancolía … sin encontrar legitimidad para cualquier fundamentación, la brecha entre el mundo y el sujeto se consolidó y surgió el romanticismo.

Y aunque aunque la arquitectura se quedase en el mundo, la manera de tratar a ciertos arquitectos nos hace pensar que el romanticismo aún vive … parece que todavía esperemos que ciertos de nosotros construyan el puente que nos ayude a cruzar el abismo.

28 feb 2019

la bestia

[Image: La Bête du Gévaudan, via: lawebdelacultura.com]

En algún momento el ser humano empezó a combinar las leyes evolutivas naturales con las sociales. Nuestras necesidades se multiplicaron y pasaron de ser exclusivamente medioambientales a incorporar las culturales. A partir de entonces necesitamos de los demás para poder significar y sobre todo poder sobrevivir. 

Y fue el lenguaje (no los idiomas) el código que escogimos para poder interactuar con los demás. Con él apaciguamos nuestros instintos con mitos y narraciones y construimos un castillo racional común.

Lo que parece que estemos olvidando es que aunque pertenezcamos al grupo y aunque pensemos desde él, el grupo no tiene ningún derecho sobre nadie y ni yo ni nosotros sobre los otros.

No deberíamos olvidar que el único propietario de mi proyecto existencial soy yo. Responsabilidad.

Tanto ruido estúpido de naciones ofendidas lo único que conseguirá es despertar de nuevo a la bestia.

17 sept 2018

Canaletto


[image from: museo de roma & national gallery]

Platón afirmaba que el deseo es carencia, que sólo se puede desear lo que no se posee … y que una vez alcanzo el objeto anhelado, al desaparecer la carencia, desaparece el deseo y la pulsión.

La arquitectura mayoritariamente ha actuado del lado del deseo, del porvenir. La humanidad proyectaba en ella el orden y la narración que deseaba conquistar. Ni tantas veces se ha llegado a culminar los deseos proyectados de sociedades justas y armoniosas. Ya en la ruinas se puede leer las frustraciones, los desencantos de paraísos que nunca llegaron a existir.

En pocas obras se puede ver el conflicto anterior de manera tan clara como en la de Canaletto. Aunque no podía dejar de pintar la Venecia que le rodeaba, la de usureros, estibadores y barcos de velas remendadas … anhelaba la Venecia renacentista, la de artistas, mercaderes y riqueza y poder casi infinitos. 

¿Qué hacer ahora que sabemos que ningún paraísos imaginable es posible … ni tan sólo el original?

26 feb 2018

velo


[image from: nike.com ©]

La arquitectura ha sido muchas veces un lugar de intercambio simbólico. Tanto instituciones como individuos la hemos utilizado para nuestra propaganda. Dicha propaganda estaba empapada de fantasía de progreso, pero ahora en la posmodernidad, donde el único pensamiento aglutinador que compartimos es el inmovilismo, a la arquitectura sólo le queda actuar con ironía o masivamente.

Creemos que la perdida de la fe en el continuo, en lo místico, nos ha llevado a una nostalgia de lo indefinido, de lo velado.

24 jun 2017

coacción

[illustration of: J Frederick Smith © · via:pinterest]

Aprender sólo es posible cuando no existe coacción de ninguna clase. Y en los momentos de incerteza, nuestro instinto de supervivencia nos hace creer en las promesas y recompensas que cualquier tarado haya podido imaginar y por consiguiente clientalizándonos y erradicando cualquier posibilidad de aprendizaje. Es por eso que debemos abandonar identidades, dejar de deber nada a nadie (pero si estar agradecido). Al mismo tiempo, entendemos que una acción sólo puede ser virtuosa si deriva de un acuerdo mutuo/plural y verdadero … hay que esforzarse entonces en criticar, escuchar y negociar.

¿Cómo puede la arquitectura y el espacio público generar una experiencia personal con aspiraciones comunes?

28 feb 2017

intercambio de intereses

[Gerhard Richter portrait · image find at: www.yaochengdesign.com]

Nos cuesta creer que no somos nada, estamos demasiado apegados al yo y a nuestra realidad, vivimos aterrorizados ante la posibilidad de cualquier pérdida. Y la única verdad es que en un momento aparecimos en el lenguaje, en eso que piensa, y otro día desaparecemos.

Los estados conocen nuestra debilidad y se han apoderado de la cultura para transmitir unas costumbres, para materializar un escenario donde el yo se manifieste confortablemente y obviamente también para ayudar a funcionar una (su) maquinaria económica. La arquitectura está secuestrada por la rentabilidad, es una artesanía carísima y nadie está dispuesto a subvencionar sin garantías.

Pero empiezan a haber modelos de financiación alternativos y aunque también busquen sus beneficios, al menos son de otro calado.

9 ene 2017

freak show

[imagen find at: pinterest.com]

La modernidad nos trajo la promesa de terminar con el esnobismo del Art Nouveau (una arquitectura elitista y profundamente romántica). La ventana corrida y los pilotis eran más una actitud moral que vocabulario arquitectónico. La utopía era convincente y garantizaba la justa compasión para todos que la hacía irrenunciable.

Pero nos instaló también la homogeneidad, la uniformidad, la producción masiva ... Después de décadas de convertirnos en mercancías desvalorizadas, y aunque el mercado continúe dictando las leyes de nuestra economía, asoman síntomas que las personas empiezan a buscar lo otro, lo no común pero de una manera instintiva. Bien.

9 nov 2016

hipsters


[imagen find at: bladeandwood.tumblr.com]

No hay que quejarse, hay que trabajar, lo sabemos, pero en días como el de hoy es imposible no creer que la humanidad nunca ha sido tan estúpida como lo es ahora.

El poder de la añoranza es más fuerte de lo esperado. Los discursos melancólicos con la exaltación de valores pasados no dejan de sucederse. Sólo hay que ver a los más modernos hipsters con sus barbas pre-gilletemax4 o toda la arquitectura low-tech.

Lo que no entendemos es como un discurso tan profundamente contradictorio y reaccionario aún vende tanto.

Que del mundo perpetuamente cambiante no tenemos ninguna certeza y que sólo podemos aspirar a lugares comunes de percepción es: un lugar común. Y si la imposibilidad de conocer está servida, no sabemos que esperamos encontrar en supuestos valores destronados enaltecidos por caudillos de la eternidad.

En fin, esperemos que la pereza y la cobardía no vuelvan ganar.

18 oct 2016

conexión

[imagen Scott G. Brooks © www.scottgbrooks.com]

Siempre hemos necesitado de la comunión. Nunca hemos sido capaces de sobrevivir a solas en un mundo que nos es hostil y hemos necesitado el poder contar con el otro para sentirnos seguros. Hoy en día la tecnología nos está proporcionando la posibilidad de una vida radicalmente individual y al mismo tiempo confortable.

Esta transformación se ha producido a una velocidad eléctrica, mucho mayor que la transformación neuronal que borrará por completo la necesidad y el recuerdo del otro. Y ahí andamos, entre la nostalgia y la curiosidad.

La ciudad, espacio de subjetivación por excelencia, vemos como ya no proporciona experiencias políticas de conexión sólo espacios estéticos de desconexión.

7 ago 2016

arquitectura post-industrial


[imagen Myritza Castillo © www.myritzacastillo.com]


En una de las webs que visitamos asiduamente por la gran calidad de sus imágenes es DIVISARE. El otro día encontramos en el desplegable de “tópicos” conjuntamente con los de “arquitectura residencial”, “arquitectura hospitalaria”, “fachadas urbanas”, etc … el tópico: “arquitectura post-industrial”. Y nos acordamos de todas esas teorías que explican que hemos pasado de una sociedad de producción a una de consumo. Occidente se ha desindustrializado y la actividad que tradicionalmente ha sufragado el resto de actividades la hemos desplazado hacia oriente. Consecuencia de eso, todos los espacios que antes ocupaban esas industrias han quedado vacíos y los hemos reconvertido en teatros, espacios expositivos y demás lugares de consumo cultural.

La tarea de los arquitectos era descomunal: repensar un espacio obsoleto y ya existente donde la repetición y lo estático configuraba su espíritu para reconvertirlo en un lugar dinámico, adaptativo y transversal. La parte más difícil suponemos que habrá sido la de ayudar a definir su uso. Occidente anda desorientado, y sin rumbo es difícil definir lo deseable, más aún cuando la aspiración es definir lo eterno.

El mandamiento de encontrar la eternidad es la gran trampa del mercado porque sabe que es una guerra perdida. Somos tiempo y sabemos que todo se deteriora y acabará desapareciendo, nuestro cuerpo se deteriora y acabará desapareciendo, el mundo se deteriora y acabará desapareciendo …

El deseo de querer detener el tiempo y vivir eternamente es pura locura, si consiguiésemos la eternidad, toda el sentido producido se perdería, la finitud es nuestra esencia.

25 jun 2016

brexit

[imagen vía: www.expohobbyng.com]

2500 años de pensamiento para llegar a la conclusión que la igualdad , la libertad y la fraternidad eran la solución y en sólo 80 años lo hemos olvidado todo.

No hay duda que el narcisismo, la ignorancia y la irresponsabilidad para con el otro, lideran la opinión pública, las encuestas y las estadísticas, en fin, la verdad …

Malos tiempos para el internacionalismo y la socialdemocracia …

30 abr 2016

el mito de Sísifo

[imagen vía: www.thisisnthappiness.com]


Hemos perdido la fe. Y es lo mejor que nos hubiera podido pasar.

En un mundo tecnificado donde el conocimiento real de nuestro entorno se vuelve cada vez más misterioso, las certezas son más escasas y valiosas que nunca. No debemos dejarnos convencer por discursos que prometen seguridades sin esfuerzo, ya que sólo la acción nos proporcionará compresión y sólo en esa ilusión podrá residir una vida mejor.

Volver a hacer entonces, pero esta vez sin la finalidad de creer para después volver a descreer … que la nítida autoconciencia de nuestra absurdidad nos libere finalmente y gocemos hasta morir de producir sentido.

Si estamos condenados a volver a subir la piedra, hagámoslo como el Sísifo de Camus, felices.

19 mar 2016

the city

[imagen vía: www.vormplatform.nl]

La tira gráfica de la evolución de la especie, aquella que empieza con un simio a cuatro patas y tras un par de brincos termina con un hombre llevando un maletín, aún resulta muy convincente. Y aunque ya sabemos que es una insensatez, que Sócrates erró, continua seduciendo.

Esa ideología que prometía que el orden final se impondría pasase lo que pasase, continúa siendo representada y teatralizada por gran parte de la arquitectura como si aquella aún no hubiese sido desmentida.

El vidrio, el vacío, lo extenso … todo evoca a nuestra laica tierra prometida.

Evidentemente sus habitantes no defraudan, gente veloz y emplasticada a la que les ha costado mucho esfuerzo conseguir el papel y que ahora no puede titubear.

La arquitectura de los 50 podía ofrecer cierta confianza, hoy por mucho que nos esforcemos en continuar creyendo sus promesas, en nuestro interior sabemos que sólo es una mala e interesada representación.

Confiemos y cuidemos, pues, de los escasos destellos de afecto que la frialdad del teatro aún es incapaz de helar.

23 ene 2016

cinismo banal

[imagen vía: untrustyou.tumblr.com] 

El cinismo banal se está apoderando de la reflexión ética. Está bien visto que todo nos dé igual, si todo es una locura nada puede importar. Aquellos que creen seriamente en algo son llamados inmediatamente de estúpidos e ingenuos. Y no hay duda que alguien está sacando provecho de la aceptación del valor de la desvalorización, pero a los demás parece y no debe importarnos mucho. 

Estamos advertidos que todo empeora cuando la contención moral desaparece, cuando se difumina la responsabilidad y cuando no aceptamos que únicamente nuestros propios actos son los legitimadores de los valores imperantes. 

Estamos lejos de sentir que podemos ser juzgados porque nuestro cinismo banal nos ampara y nos asegura que nada va con nosotros. Creemos que nuestras vidas de felicidad facebukiana y bloggera no son culpables de nada … y mientras tanto, la tragedia avanza.

14 nov 2015

la Haine




[Fotograma película “La Haine” by Mathieu Kassovitz · 1995 · via: easternplays.tumblr.com]

En muchas situaciones la convivencia de diferentes maneras de entender el mundo ha producido el enriquecimiento del modelo imperante. La crisis que produce la divergencia de ópticas conduce a repensar, reestructurar y generar un entorno más complejo y al mismo tiempo más simple que resulte más fiable y razonable.

El mundo occidental niega la posibilidad de aprender del otro, Darwin mediante nos creemos la punta de la lanza de una evolución que nunca ha existido y por lo tanto nuestra cultura está legitimada a prevalecer ya que cualquier otra se encuentra en estado de involución. Pero somos seres recelosos y nuestra vulnerabilidad nos lleva a sentir miedo del otro, del diferente, de aquel que no piensa y vive igual, sentimos miedo y odio.

La existencia del otro nos plantea demasiadas incertidumbres: ¿será que estamos tan evolucionados? ¿hemos acertado en nuestro modelo? ¿deberíamos pagar por lo que sucede? El otro nos recuerda nuestra cobardía para aceptar lo que son respuestas obvias a las anteriores preguntas. Así que lo único que podemos concebir es hacérselo pasar mal, ver en el drama y la tragedia la justificación de nuestra propia locura. Odiar y hacer sufrir nos consuela.