[Gerhard Richter portrait · image find at: www.yaochengdesign.com]
Nos cuesta creer que no somos nada, estamos demasiado apegados al yo y a nuestra realidad, vivimos aterrorizados ante la posibilidad de cualquier pérdida. Y la única verdad es que en un momento aparecimos en el lenguaje, en eso que piensa, y otro día desaparecemos.
Los estados conocen nuestra debilidad y se han apoderado de la cultura para transmitir unas costumbres, para materializar un escenario donde el yo se manifieste confortablemente y obviamente también para ayudar a funcionar una (su) maquinaria económica. La arquitectura está secuestrada por la rentabilidad, es una artesanía carísima y nadie está dispuesto a subvencionar sin garantías.
Pero empiezan a haber modelos de financiación alternativos y aunque también busquen sus beneficios, al menos son de otro calado.
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