[image colapso Detroit via: www.marchandmeffre.com]
Más o menos el texto que nos hemos encontrado venía a decir que cuando nos encontramos en una situación de debilidad y nos quejamos o criticamos, en realidad lo que está actuando es nuestra vanidad. Necesitando convencernos que todavía nos queda algo de fuerza, ponemos en escena nuestra desgracia para poder generar un malestar, del cual esperamos la compasión ajena y así poder reponernos. Si seguimos por ese camino se puede llegar a afirmar que la desgracia es el alimento de la vanidad y que la compasión es su propagadora.
Qué vanidosa ha sido la arquitectura entonces.
Pudenda origo ¡!
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