25 may 2013

τέχνη


[image via: ughpsh.tumblr.com]

“… sin la técnica el hombre no existiría ni habría existido nunca. Así, ni más ni menos. “
Ortega y Gasset.

Hace ya mucho que hemos roto con la tradición metafísica que identificaba naturaleza y ser y que nos obligaba a juzgar aquello que hacíamos en función de cómo se parecía a lo natural, a lo esencial, a lo generado por esa fuerza omnipotente.
Por suerte se nos permitió pensar en un mundo mejor, donde no hiciese tanto frío o donde no morir por una simple infección. Nuestra conciencia del desconocimiento y nuestra voluntad de poder nos trajo no sólo a la ciencia sino también a la técnica y con ellas todos aquellos inventos sin los que no hubiésemos existido. Ellas nos prometían espacios exclusivamente nuestros en los que poder independizarnos de la naturaleza. Pero hoy en día parece que la técnica y la nueva tecno-ciencia se están separando de las personas, parece que estén tomando autonomía y poco les importa que sus inventores ya no sepan para que necesita un ordenador en el bolsillo.
Entendemos a la gente que razona en contra de la técnica, que siente nostalgia de una vida menos acelerada aunque no compartamos estas ideas. No creemos que un volver (¿a dónde?) sea la solución sino que simplemente tenemos que responsabilizarnos. La técnica no puede preocuparse por el “tener que”, su razón la tenemos que generar nosotros. Y aunque haya un creciente desequilibrio entre el poder que proporciona la técnica y su prudencia de uso, no podemos mediante la prohibición rechazar nuestra responsabilidad. Sería insensato, porque en realidad lo que estaríamos prohibiendo es nuestra anatomía, nuestra capacidad de invención.
Pero … ¿cómo pensar en una autonomía vigilada de la técnica?

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