[autor: George Grosz · Exequias · 1920]
¿Hasta qué punto los arquitectos se han aprovechado de la voluntad (o necesidad) de transcender que tenemos las personas para vender simbología? Las mayores de las veces han contado con el beneplácito del poder y por tanto sabían que poca gente se atrevería a ponerlos en juicio. Pero hoy en día no hay entidad que sea capaz de generar una utopía colectiva, una invención que sea creíble aunque sólo sea en los planteamientos. El discurso arquitectónico se encuentra en crisis, no por la situación consecuente que nuestra actuación orgásmica-económica de las últimas décadas sino porque está vacío de contenido. Y costará más tiempo pensar en cómo llenarlo que en que los mercados nos saquen de la crisis.
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