[Portada revista SPIRIT, 1932, fundada por Emmanuel Mounier]
¿Tiene que cumplir la arquitectura con una moral? Creemos que no. Una arquitectura, al igual que toda expresión técnico-artística, no tiene por ella misma moral, es decir, no tiene ni obligaciones, ni deberes que cumplir. Pero la arquitectura siempre es percibida por alguien. Siempre hay una subjetividad, un yo, que la mira y la vive. Esa mirada juiciosa que dice si le satisface o no, es la única moral presente en la arquitectura.
En nuestros días las razones que utilizamos para realizar el juicio moral sobre la arquitectura están orientadas hacia la sostenibilidad, la accesibilidad y la corrección política (nuestros dioses posmodernos, los que más venden). En las propuestas para la nueva arquitectura estamos viendo aparecer nuevos valores estéticos muy distintos a los hasta ahora vigentes: fachadas protegidas con vegetación, cubiertas multifunciones, dobles pieles que velan y desvelan… Todas ellas con una ingeniosidad real.
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