[imagen vía: untrustyou.tumblr.com]
El cinismo banal se está apoderando de la reflexión ética. Está bien visto que todo nos dé igual, si todo es una locura nada puede importar. Aquellos que creen seriamente en algo son llamados inmediatamente de estúpidos e ingenuos. Y no hay duda que alguien está sacando provecho de la aceptación del valor de la desvalorización, pero a los demás parece y no debe importarnos mucho.
Estamos advertidos que todo empeora cuando la contención moral desaparece, cuando se difumina la responsabilidad y cuando no aceptamos que únicamente nuestros propios actos son los legitimadores de los valores imperantes.
Estamos lejos de sentir que podemos ser juzgados porque nuestro cinismo banal nos ampara y nos asegura que nada va con nosotros. Creemos que nuestras vidas de felicidad facebukiana y bloggera no son culpables de nada … y mientras tanto, la tragedia avanza.